sábado, 29 de agosto de 2015

Lo pequeño, lo relativo, lo inmenso


Nunca hemos de dejar de buscar un espacio para la sensibilidad...
Apoyarse en el marco de la ventana y espiar al mundo desde ese punto preciso en medio del infinito,

encontrar pedacitos de otras vidas detrás de todas esas ventanas e imaginar el resto.

Dejarse arrullar por el viento o el susurro de la ciudad, entender que también existe todo lo demás y que todo esta sucediendo al mismo tiempo.

Agradecerle a la piel por ser la membrana que conecta el alma con todo lo demás.

Agradecerle al pelo por dibujar al viento cuando se acerca a nuestro centro.

Registrar lo pequeño, lo relativo y lo inmenso para no olvidar en los momentos de desasosiego que formamos parte de un universo que siempre nos estará esperando para regalarnos un instante eterno.



Sólo hay que dejarlo hacer su trabajo...

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